La noche me confunde. Y no es una frase hecha. Las noches de Lago a veces ofrecen inesperadas diversiones, saltos, risas, bailes multitudinarios de la pequeña comunidad que somos. Ayer fue una noche así, que debía haber sido de viaje, de esas ocho horas de bus que separan LA de Quito. Y, por esos azares del destino, terminé cambiando el billete para prolongar un baile más.
Veremos que nos deparada, de nuevo, esta noche.
Rosita, la dulce iberreña, se une a mis bailes con estrambote. Se ríe, petardea, menea las caderas son sabrosura salsera y pinta de colores la anormalidad lagoagriense. Ella petarda y yo más, nos dejamos llevar por la alegría de los otros, y decidimos que nuestro viaje nocturno debía esperar.
Ya estamos en Quito, la ciudad que se pierde entre las montañas, y el sueño recuperado con el traqueteo del bus creo que no ha sido suficiente. Entrecerrados los ojos, he visto el atardecer sobre los picos que enmarcan la ciudad. Esos cielos caprichosos, como yo, que se tornasolan y sorprenden.
Ya estamos en Quito, la ciudad que se pierde entre las montañas, y el sueño recuperado con el traqueteo del bus creo que no ha sido suficiente. Entrecerrados los ojos, he visto el atardecer sobre los picos que enmarcan la ciudad. Esos cielos caprichosos, como yo, que se tornasolan y sorprenden.
asi me gusta!!!!que no perdas os genes Aguilar Colomo EN NNGUN MOMENTO!!!!aunq no puedo negar que el verte balar todo tipo de cumbias,reguettones y demas puede ser bastante curioso...esta noche española me voy a Buenos Aires asi que tu lunes entero estare alli por si kieres que hablemos...es mi penultimo viaje a tu continente as q espero q tu lo hagas pronto al nuestro,el q siempre ha sido tuyo y que te echa tanto de menos,muaaaaaaaa
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